
Llamado urgente a los candidatos presidenciales sobre el futuro del litio y de Bolivia
A quienes hoy se postulan como futuros presidentes de Bolivia:
En esta contienda electoral, el litio ha sido convertido en promesa, eslogan y panfleto. Algunos lo presentan como el salvavidas económico del país, como si bastara nombrarlo para que brote la riqueza. Pero lo que vemos en sus discursos no son propuestas serias, sino improvisaciones mal asesoradas que demuestran un profundo desconocimiento del tema y, lo que es peor, un desprecio por la voz de quienes viven donde el litio se extrae.
Hay quienes ofrecen obtener 10.000 millones de dólares mediante bonos respaldados en litio, sin explicar de dónde vendrán esos fondos ni qué actores internacionales asumirán semejante apuesta. Otros, como el señor Tuto Quiroga, anuncian la industrialización con baterías de ion litio, sin tomar en cuenta que Bolivia no cuenta con industria automotriz propia, ni con técnicos capacitados, ni con infraestructura adecuada para sostener esta cadena de valor. Lo que Brasil, China o Estados Unidos desarrollan no se puede replicar aquí sin antes construir capacidades reales.
El señor Doria Medina, por su parte, comparó la producción de litio con la del cemento —como si el éxito dependiera del volumen y no del contexto global. Ignoró por completo la baja en los precios internacionales, el ingreso de nuevos competidores al mercado y la consolidación de potencias productoras como Australia, Chile y Argentina. Y se equivocó al afirmar que la tecnología de extracción directa ya está siendo aplicada con éxito en Argentina: a lo sumo se están haciendo pruebas piloto, y aun si se llegara a implementar, su impacto hídrico sería descomunal. ¿A costa de qué o de quiénes se haría?
Pero más allá de los errores técnicos y las cifras poco realistas, hay una omisión imperdonable: la ausencia total de la voz de Potosí. Ninguno de los candidatos ha consultado al pueblo potosino, ni ha mencionado la opinión de las comunidades del salar, que han dicho claramente que no quieren ver su ecosistema destruido por el extractivismo. Todos han ignorado el derecho a la consulta previa, libre e informada, establecido en la Constitución Política del Estado, el Convenio 169 de la OIT y el Acuerdo de Escazú.
Y lo más grave: ninguno menciona que ya existe un proyecto de Ley del Litio, elaborada de forma participativa por el pueblo potosino, trabajada con comunidades y también con representantes del departamento de Oruro. Este proyecto fue entregada a la Asamblea Legislativa, donde hoy duerme el sueño del olvido, archivada sin debate, sin atención, sin voluntad política. Es un proyecto que exige una nueva gobernanza del litio, respetuosa de los derechos de los pueblos, del medio ambiente y de las futuras generaciones.
También han omitido hablar de la urgencia de diversificar la economía. No se puede seguir apostando todo al extractivismo. Bolivia necesita propuestas concretas para fomentar la economía creativa, la innovación, la educación para la Cuarta Revolución Industrial, el desarrollo regional con enfoque integral. Queremos escuchar propuestas sobre el futuro de la minería, incluyendo el traspaso de las cooperativas mineras hacia el sector privado formalizado, el destino del Cerro Rico, y la recuperación de nuestro patrimonio cultural e histórico.
Por eso, pedimos con claridad y firmeza que dejen de usar el litio como muletilla electoral. El litio no es petróleo, no es gas, no es oro. Y, sobre todo, el litio no salvará al país si se repite el mismo modelo que solo deja saqueo, destrucción y exclusión.
Candidatos, asesórense mejor, escuchen al pueblo, consulten con Potosí. Hablen con responsabilidad. Dejen de vender sueños extractivistas que solo benefician a unos pocos.
El litio no vota, pero el pueblo sí. Y este pueblo, cansado de ser vaca lechera de un país que nunca lo mira de frente, sabrá exigir cuentas. Si no escuchan ahora, no esperen ser escuchados mañana.